Suenan canciones de un ayer que nos abandonó, no tuvo la decencia de despedirse, doblamos una esquina del tiempo y nos topamos con un mundo diferente. Todo había cambiado, apenas entendíamos los nuevos esquemas, los flamantes valores que luchaban por abrirse camino entre incomprensiones.
Las viejas costumbres, la de toda la vida, poco a poco desaparecieron, y surgieron otros tiempos, hábitos extraños que se fueron imponiendo. Sí, todo era distinto, deslumbrante. Sin embargo, las viejas canciones sonaban con insistencia conservando imágenes imborrables, sensaciones con olores cálidos, envolventes, olores a hogar, a esfuerzos, a amores compartidos, cariños que, día a días, descubrían razones, motivos, ilusiones.