Escrirores en Red

martes, 27 de noviembre de 2012

QUISO SER SOBERANO

Por el momento ya se acabo el protagonismo, las radiantes fotografías en las que sacaba pecho para demostrar un poder absoluto. Asthur Mas, tras las elecciones autonómicas, parece haber perdido su sonrisa y ese mesianismo del que hacía gala ha ido perdiendo fuelle y sus palabras, desafiantes y provocadoras, han de reflexionar. Si este señor tiene algo de dignidad, debería pedir perdón, no sólo a los catalanes sino a todos los españoles, porque el pretender reírse de todos los españoles queriendo sacar más dinero de la hucha común para pagarse unos caprichos propios, tales como embajadas absurdas y televisiones propias, pues no parece lógico. 

martes, 20 de noviembre de 2012

Tras un largo silencio

Tras un largo silencio regreso con las palabras rotas. Las tardes azules y alegres del ayer han envejecido prematuramente, y sobre mis cuartillas blancas, aun sin estrenar, brotan unos sobresaltos desconocidos. 

Tengo miedo. La noche eterna se me insinúa y me arrebata las ilusiones del alma. Las esperanzas, mis vanas esperanzas vagan por los atrevidos rincones de un tiempo extraño. Aún sueñan, no sé qué, pero todavía confían en el mañana. Ha de pasar algo, la vida no puede ser tan ruin y robarme lo único que me pertenecía. La palabra.

Ahora, mis manos tiemblan, están frías, nunca han acariciado. Los poemas lloran, como siempre y, también como siempre, los versos se mueren de melancolía.

Me voy, tal vez, jamás regresé del recuerdo.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Esta maldita crisis

e busca
     Esta maldita crisis se está alargando demasiado, está acabando con muchas ilusiones, sus múltiples tentáculos nos ahoga sin compasión. En ciertos momentos da la impresión que, por fin, abandonamos la oscuridad cuando, de repente, los acontecimientos nos empuja hacia el interior de otro túnel mucho más tenebroso que el anterior y volvemos a caer en el pesimismo más absoluto. 

     Son malos tiempos para todos, se han perdidos los valores que ennoblecían el alma humanas, aquellos valores que ensalzaban las viejas películas de un cine casi olvidado, esos valores son denostados, ya no interesan a nadie, son el ridículo recuerdo de un pasado, una película en blanco y negro a punto de desaparecer para siempre. El hombre no se da cuenta de su error y, mientras tanto, la crisis cubre todo de una amargura dolorosa, nacida de una crispación social. No se da cuenta de su terrible error, en vez de tratar de buscar la solución adecuada, de esforzarse y ayudar a construir nuevos caminos para alcanzar los objetivos deseados, parece disfrutar en poner trabas a su semejante, echándole la culpa de sus propios errores. Su orgullo no acepta consejo, el otro está siempre equivocado; mientras la crisis continúa destrozando esperanzas, los sueños se mueren de nostalgia, añoran un tiempo donde todo parecía mucho más sencillo, el ritmo de la vida se imponía a la tiranía de los relojes y se podían escuchar las alegres sonrisas de los niños.