Escrirores en Red

martes, 27 de noviembre de 2012

QUISO SER SOBERANO

Por el momento ya se acabo el protagonismo, las radiantes fotografías en las que sacaba pecho para demostrar un poder absoluto. Asthur Mas, tras las elecciones autonómicas, parece haber perdido su sonrisa y ese mesianismo del que hacía gala ha ido perdiendo fuelle y sus palabras, desafiantes y provocadoras, han de reflexionar. Si este señor tiene algo de dignidad, debería pedir perdón, no sólo a los catalanes sino a todos los españoles, porque el pretender reírse de todos los españoles queriendo sacar más dinero de la hucha común para pagarse unos caprichos propios, tales como embajadas absurdas y televisiones propias, pues no parece lógico. 

Este señor, aprovechando la terrible crisis que nos acosa, ha echado un pulso al Estado español. pretendía sacarle sus pretensiones soberanistas, lo que ha originado una dolorosa fractura en la sociedad catalana donde la mayoría de su población se siente española, y es que Cataluña es una parte muy importante de España, emprender una aventura en solitario, como quiere ese señor, es un suicidio. España necesita el apoyo y el trabajo de los catalanes para salir adelante.

Asthur Mas se ha metido en un berenjenal, su mala gestión al frente del gobierno autonómico y, sobre todo, los escándalos de corrupción aparecidos en los últimos días, han provocado su descalabro. Sí ha ganado los comicios pero no ha conseguido la mayoría absoluta y ahora tiene que buscar apoyos. 

Este señor, tiene que pedir perdón por haber querido dividir a los españoles. Cataluña, repito, es una parte muy importante de España e iniciar un camino en solitario sería su ruina económica. Lo que tiene que hacer es ayudar a que España salga del pozo en que se encuentra y dejar de ponerle zancadillas, como en su día lo hicieron castellanos y extremeños, y gentes de otras partes de España, que se fueron a trabajar a Cataluña sacando, entre todo, adelante las posibles miserias para instaurar un estado de bienestar donde todos tuvieran cabida. 

Claro que Cataluña tiene sus tradiciones, su lengua, su literatura, pero eso debe ser un motivo de unión, una riqueza que tienen que disfrutar todos los españoles, como han de disfrutar de las peculiaridades de otras autonomías de España. 

Todos juntos es lo que hace que un país sea grande y, lo más importante, que se haga respetar en el mundo, porque si entre nosotros nos ponemos zancadillas pues mal vamos.

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