Escrirores en Red

sábado, 30 de noviembre de 2013

AQUELLA NIÑA

     El color azul de sus ojos me mostró el camino a seguir, la verdadera senda para alcanzar la felicidad, la dicha suprema. El horizonte me esperaba ansioso, aguardaba mi llegada para leer atentamente los últimos poemas que pude arrancarle a la noche, los múltiples obstáculos quedaron atrás. Mis ilusiones desaforadas lograron abrir las puertas recelosas, no sé cómo consiguieron derivar viejas barricadas que no me permitían continuar la senda, no podía ver la luz, mi oscuridad absoluta distorsionaba el tiempo, los relojes, ocultos entre pesadas sábanas de melancolía, gritaban antiguos rencores,

     Aquella niña de ojos azules me sacó del abismo y mis palabras encontraron los auténticos significados de la vida. Surgieron versos, poemas, esperanzas, las palabras sacaban de mi alma los sentimientos escondidos en los rincones inaccesibles de mi ser. Todo era distinto. 

     Pero aquella niña, dueña de mi soledad, se perdió en la niebla, su recuerdo me ayudó a continuar. Sin embargo, el horizonte había desaparecido.

1 comentario:

  1. Hermoso sentimiento y hermosa forma de compartirlo. Un abrazo Jose Gerardo.

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