Escrirores en Red

lunes, 26 de marzo de 2012

SUEÑO DE AMOR

     Fotografñía cedida por Inma Jiménez Jorquera, gran amiga y poeta. Esta conocida escultura ilustra su último libro De Emoción y Sentimientio, publicado por Sial Ediciones, 2012
                                                                              ...
        
                                                               SUEÑO DE AMOR
           

      
     Te sueño, te quiero, te deseo. Mi alma ya no soporta tu ausencia y mi corazón, envejecido, imagina bellas historias de amor forjándose vanas esperanzas. De este modo tan infantil construyo un mundo falso y me voy sumergiendo en tinieblas por donde vagan caminos nuevos, sendas luminosas que me hacen feliz.



I



      Así consigo tenerte siempre a mi lado, te puedo ofrecer todo cuanto tengo, que es muy poco pero quiero compartirlo contigo. Disfrutemos al máximo de la vida. ¡Con qué poco se puede conseguir la dicha!, un paseo por el parque dormido cogidos de la mano, sin prisas, ignorando a la gente, son seres extraños, absurdos, que no nos importan nada. Tan sólo importa nuestro amor, ese gran poema que vamos escribiendo día a día, hora a hora, minuto a minuto, segundo a segundo, en la página de nuestro destino. El silencio nos une fuertemente y nos aísla de los demás. Las miradas se entrecruzan permaneciendo suspendidas en el espacio, perdidas en otro mundo, inmersas en una apasionada lágrima de amor que nos resistimos a abandonar, nos sentimos a gusto en aquella estrella que hace olvidar tantas cosas desagradables y absurdas.


II


      El tiempo transcurrió ajeno a nosotros, al principio, nos ignorábamos mutuamente. Los relojes parecían mirarnos con cierto rencor, con una dolorosa rabia por no poder apropiarse de nuestro corazón llenándole de hojas otoñales, cada vez más ingratas. Pero, de pronto el destino unió nuestras sendas cansadas de vagar por tardes frías melancólicas y aquel gran cariño que surgió acabo en matrimonio.

     Tengo un recuerdo imborrable de nuestra boda, estando frente al altar cuando el sacerdote alzó el Cuerpo de Cristo nuestras miradas fundidas siguieron la Sagrada Forma, quedándose fijas en el gran crucifijo iluminado por un resplandor misterioso, divino. Allí, tan sólo, estábamos los tres, Él sonreía, se mostraba satisfecho de tenernos allí, tan unidos después de vagar cada cual por sendas solitarias y amargas, ambos queríamos alcanzar, cuantos antes, el gran valle del amor pero furiosas olas nos arrebataban los sueños más queridos, las esperanzas más deseadas, y las juguetonas gaviotas del alma terminaban abandonándonos, pero todo aquello pasó, se convirtió en una vulgar pesadilla, ya olvidada.

      Gracias al Destino nos encontramos en un rincón de la tarde, entre sollozos desesperados, y al vernos comenzó a brillar el sol en el horizonte. Así ocurrió, y aquel rincón se convirtió en nuestro Paraíso de Amor, el mundo que tanto habíamos anhelado.

     Él nos hablaba en silencio, en su rostro se dibujaba una inmensa ternura, sus palabras iluminaron nuestro corazón, mientras nuestras manos se apretaban más y más, casi desesperadamente.

    . - "¡Gracias hijos por hacerme tan feliz!" - Dijo y, lentamente, nos dio la bendición eterna.














No hay comentarios:

Publicar un comentario