El pasado jueves moría inesperadamente Juan Ruiz de Torres y la poesía de quedó huérfana. Este hombre tan querido fue un incansable luchador. Recorrió varios países, tanto europeos como americanos, a causa de su trabajo, era ingeniero de IBM. A principios de los años 80, junto con otros compañeros que tenían las mismas inquietudes, fundó la Asociación Prometeo de Poesía Nueva que, con el tiempo, de convertiría en todo un referente del mundo poético, no sólo madrileño sino que su influencia se fue extendiendo por todo el territorio nacional e, incluso, la labor de esta Asociación fue imitada por varios países, sobre todo, hispanoamericanos donde se crearon, gracias al entusiasmo de este hombre, este ingeniero metido a poeta, que, con el tiempo, también hizo la carrera de Filología Hispánica, varios Ateneos y Capítulos de una Academia Hispanoamericana de Poesía fundada por él.
Durante mucho tiempo la Asociación Prometeo tenía una frenética actividad, cada semana se celebraba una reunión o taller donde se hablaba, se discutía de poesía, además de publicarse libros personales o colectivo, como Guitarra de 26 cuerdas (Antología bilingüe Hispano-rusa, 2000) o Tejedores de Palabras (2005), así como varias antologías de los miembros de Prometeo, que iban aumentando considerablemente con el paso del tiempo. Estos miembros, siempre con Juan Ruiz de Torres a la cabeza, iban recorriendo diversos países del mundo para promocionar sus proyectos. Fueron muy importantes y tuvieron una enorme repercusión las diversas Ferias de la Poesía, celebradas en Madrid donde acudían grandes poetas, renombrados escritores y personalidades del mundo intelectual español. En los últimos años la actividad de la Asociación Prometeo se centraba en las Tardes de Prometeo en las que, una vez al mes, sus miembros nos reuníamos para hacer diversas actividades, generalmente para asistir a lecturas y presentaciones, tanto de poesía como de prosa.
La labor de este hombre era inmensa, siempre estaba creando nuevos proyectos, fascinantes aventuras que aunque, con el paso del tiempo, daban la impresión que disminuían, sin embargo, no era del todo cierto sino la actividad de Prometeo seguía desarrollándose a través de las nuevas tecnologías, así surgió Prometeo Digital, entre otros proyectos sumamente interesante.
Juan Ruiz de Torres también era un excelente poeta, tenía varios libros publicados y estaba trabajando en dos o tres, a toda prisa, porque era consciente que el tiempo se le iba acabando, conocía demasiado bien la premura de su viaje, tenía que partir hacia el horizonte final; esa inmediatez de su partida no la quiso comunicar con sus amigos, decidió ocultarlo y tratar de acabar su obra que, próximamente, verá la luz.
Yo le recordaré siempre, desde 1982 en que ingresé en la Asociación Prometeo hasta la última reunión de Tardes de Prometeo me brindó su apoyo y su cariño. Tuve el enorme privilegio de que me dedicara unas palabras en Poemas de Ausencia (2010), mi último libro y que, recientemente, acudiera junto con Ángela Reyes, su mujer, a mi lectura, en marzo pasado, en la Casa de Guadalajara, fue una dicha tenerle entre el público.
Adiós Juan, siempre te llevaré en mis pensamientos, ahora descansa en paz, te lo mereces.
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